Entre la “moscas de las flores” podemos encontrar algunas especies como Volucella bombylans, con su cuerpo completamente recubierto por un denso pelaje. Son excelentes imitadores de abejorros. Por un lado y dentro de esta misma especie podemos encontrar adultos con diferentes patrones de coloración lo que permite que puedan imitar distintas especies de Bombus; a la vez que son capaces de realizar patrones de comportamiento muy similares a los de los abejorros: liban en las mismas flores, baten las alas y producen el mismo sonido que estos e incluso realizan vuelos cortos y rápidos perdiéndose entre la vegetación.
Aunque si prestamos atención se pueden separar perfectamente. Por un lado V. bombylans es un díptero y por lo tanto solo posee dos alas mientras que los abejorros poseen cuatro alas, además las moscas presentan unas pequeñas antenas filiformes mientras que los abejorros presentan antenas largas y acodadas, y por último las patas de las moscas nunca presentan cestillo para cargar y recoger el polen, algo que si que aparece en el tercer par de patas de los abejorros. A nivel de comportamiento el vuelo de los abejorros es más largo y continuo que el de las moscas.
Aún así la imitación es todo un éxito. Al principio machos y hembras de V. bombylans vuelan entre las flores alimentándose y transportando polen en los largos pelos que recubren su cuerpo. Pero tras la cópula las hembras esperan la visita de los abejorros, les siguen hasta sus nidos y pueden permanecer en la entrada del mismo durante al menos uno o dos días. Ahí permanecen cogiendo el olor del nido y acechan hasta encontrar el momento oportuno en el que penetrar y depositar sus huevos en el interior de la colonia. Sus larvas se alimentan en el nido, pero sin llegar a dañar a las larvas de los abejorros (Aguado, 2011).